martes, 23 de agosto de 2016

Puesta al día

Ante el amontonamiento de películas, y la cruda realidad de que no voy a poder hacer entradas de todas, nuevo maremágnum de todo. Veamos:

Para tortura de cinéfilos, alguien decidió hacer una película sobre la figura de Hitchcock (USA, 2012, Sacha Gervasi), y en concreto en la gestación y rodaje de Psicosis. La película más que nada reivindica el papel de su mujer, Alma Reville, en el universo del maestro. La película brujulea entre asuntos a los que no presta mucha atención y otros que no cuajan, pero me dejó buenas sensaciones, tiene su gracia. Star Trek: en la oscuridad (Star trek: Into darkness, 2012, USA, J. J. Abrams) segunda entrega de Abrams de la serie, es un blockbuster espectacular y estrepitoso, pero que tiene el aliento de la aventura que el director sabe insuflar a sus criaturas. Otro blockbuster muy entretenido es Al filo del mañana (Edge of tomorrow, USA, 2014, Doug Liman) un sci-fi con paradojas temporales que demuestra una vez más el buen olfato de Tom Cruise para elegir proyectos y películas. Parece que está basada en un manga, es muy entretenida. Pacto de silencio (The company you keep, 2012, USA, ) , es una película de Roberd Redford en el que trata de un tema poco habitual: los movimientos terroristas americanos de los setenta, esta vez redescubiertos en el siglo XXI, con los ex activistas llevando vidas respetables. Como otras películas de Redford con tema interesante, se queda corta de llegar a nada, sabe insípido.

Y más blockbusters, que es verano. En el avión vi Capitán América: civil war (USA, 2016, Anthony y Joe Russo) consolida el tema crossover y continuidad, una de las marcas de Marvel: me pareció una excusa patosa y larguísima para meter cuantos más superhéroes a darse tortazos mejor; luego me he enterado que a la crítica le ha gustado y le ha parecido lo mejor de la franquicia. en el de ida, la curiosa 10 Cloverfield lane (USA, 2016, Dan Thatchengerg), una pieza rodada en un búnker, capitaneada por un espléndido John Goodman; es claustrofóbica y tensa, con momentos para el alivio; soy de los que piensan que el final es un bajón.

En el apartado de cine raro, también ha habido movimiento. La película egipcia La tierra (Al-ard, 1969, Egipto, Youssef Chahine), de las primeras de su director, es una reivindicación en tono costumbrista del campesinado,en su lucha contra los excesos de los terratenientes. Está narrado con sentido visual potente e inspiración italiana; para cinéfilos muy curiosos amantes de lo exótico. Más exótico pero más productivo es recuperar cualquier Ray. Esta vez es Devi (1960, India, Satyakit Ray), la primera película del maestro después de la trilogía de Apu. Trata un tema muy recurrente en su filmografía, ese contraste entre el mundo tradicional y el moderno, entre la religión y la intelectualidad. La mujer de un aspirante a ingeniero es tomada por la reencarnación de una diosa. Narración densa, absorbente. No es la primera película que yo recomendaría para adentrarse en el mundo de Ray, pero yo tengo debilidad por su modo de narrar. La película italiana Il Divo (Italia, 2008, Paolo Sorrentino), es un puzle dedicado a la vida de  Giulio Andreotti, que logra esquivar las flagrantes barbaridades que explotan a su alrededor, desde escándalos de abuso de poder, corrupción a conexiones con la Mafia. No da detalles (porque no se conocen, probablemente), pero su ironía algo evidente no deja lugar a dudas. Una película de formas imponentes y resultado arriesgado, irregular. Y desconcertante es Más allá de las montañas (Mountains may depart, Shan he gu ren, 2015, Jia Zhangke), película que sigue el devenir de varios personajes que coinciden en un momento antes de la explosión china, un triángulo que se separa para vivir vidas bastante intatisfactorias; me despista que todas las historias queden sin fin, que se abandonen a medias las líneas argumentales, pero me mantiene atento la manera de filmarlas, y un tono misterioso entre el pesimismo y todo lo contrario. Por supuesto, triunfadora en festivales y en la crítica especializada.

Finalizo, en punto y aparte, con Manchas de sangre en un coche nuevo (1974, España, Antonio Mercero); thriller obsesivo al que le unen muchos puntos con La cabina, para empezar su protagonista; poco importan cierta incoherencia en la construcción del personaje, está bien conseguido la atmósfera de decadencia burguesa, su apego a las modas,  a los objetos y a los símbolos.






No hay comentarios: