Mark Robson
Me da pereza ver Susan Hayward, pero siempre estoy dispuesto ver a Dana Andrews. Triunfó esto último y me acerqué a este melodrama sacado de una historia de J.D. Salinger, que resulta ser una magnífica película, un sólido y emotivo film, con una fotografía asombrosa, y que probablemente esté entre lo mejor de lo filmado por Mark Robson, en su mejor década. Susan Hayward está bien como esta madre entregada a la melancolía y al cinismo por su difunto amor. Un estupendo film.
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