Un soir, un train (1968) Bélgica
André Delvaux
Esta es la tercera película que veo del cineasta belga André Delvaux. Parece que el hombre estaba obsesionado con ciertas historias y estructuras, porque se parecen bastante. Giran alrededor de un burgués de más o menos éxito laboral y social, casado con alguna atractiva burguesa con la que mantiene una relación fría, como poco. Su vida, aparentemente normal, está corrompida por un vacío existencial que se despierta con la aparición de algún personaje, o suceso (como un apacible viaje en tren, en este caso). En este momento, el personaje pierde el pie y la película transita entre la realidad y la ficción, a menudo metiéndonos en la mente alucinatoria del personaje, de modo que no sabemos a ciencia cierta qué es real y qué no. Es un cine bien hecho, raro, obsesivo, con elementos visuales y auditivos también repetitivos en todos los films: páramos desiertos y húmedos, pueblos vacíos, idiomas incomprensibles, cementerios. Un cineasta muy olvidado que bien merece una revisión, no logro emparejarlo con los autores de esa época, quizá Buñuel. En esta película demuestra además dominio del montaje y de la narración.
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