(1996) España
Carlos Saura
De los últimos títulos de ficción de Saura, basado esta vez en guion ajeno (de Santiago Tabernero), es un film urbano, con una historia algo delirante de taxistas neonazis. La película resultó un fracaso en todos los niveles y hoy está muy olvidada, pero quiero rescatarla aquí por su visión nocturna y húmeda de un Madrid fantasmal, ayudado por la foto de Vittorio Storaro, por el buen uso de la música, y la frescura de Ingrid Rubio (inolvidable escribiendo la carta y cantando Gipsy Kings).
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