(2004) Francia
Eugène Green
Un comienzo que hace temer lo peor: otro francés que tiene que dejar huella de talento terrible, unos planos contra planos mirando a cámara, unos actores que no actúan, que dicen sus frases impertérritos (aunque esto lo hemos visto ya otra veces). Si se es capaz de pasar esa ducha fría, se encuentra uno una reflexión sobre el arte y la gente que lo rodea (separando aquellos que lo estudian con frialdad, que lo encumbran a la nada, de los que lo sienten o lo hacen), también sobre la vida y la pareja, y una historia escalofriantemente hermosa de dos personas que conectan sin conocerse. Hay todo un rico mundo de referencias entre los diferentes hilos de la película, que se cierran con perfección geométrica al final, de rimas visuales. Después del estupor, confieso que llevo días dándole vueltas a todo. Sergio, el autor de un blog amigo, que es quien me ha descubierto al autor, lo explica, como es habitual, mucho mejor que yo en su bitácora.
2 comentarios:
Coincidimos en el estupor inicial ante otra "francesada" más, es tan francesa que parece una parodia. Pero como dices luego trata con sensibilidad muy interesante temas muy atractivos. Yo me volví muy fan con ella y tuve a su director a dos palmos de mis narices contestando preguntas en un cine de Barcelona en el estreno de "Le fils de Joseph".
¿Por dónde sigo ahora? He estado mirando todas tus entradas sobre él en tu blog. Me inclino por buscar "La religiosa portuguesa"
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