(1956) España
Antonio del Amo
Otro de los títulos muy reivindicables de Antonio del Amo, antes de entregar su carrera a Joselito, fue este notable drama de resonancias fellinianas, en el que un hombre, apartado conscientemente del mundo, se enrola con una compañía circense ambulante. La peripecia de este nihilista, herido pero devuelto al mundo a través del amor, funciona bastante bien y es una película extraña, que probablemente sería ignorada en su época, que esquiva razonablemente las moralejas bienpensantes del cine del régimen.
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