Jeong Jin-yeong
Excentricidad coreana muy reciente de la que me resisto explicar siquiera mínimamente el argumento, no porque sea difícil o inexistente, sino por no desvelar los extraños giros y puntos de vista que la jalonan. Una película que acaba en un sitio muy distinto (o el mismo, según se mire) que en el que empieza. Una historia de fantasmas, o de detectives, o de las miserias de un pueblo suburbano. Su director, debutante, exhibe dotes indudables para la puesta en escena y para la narración rica en pequeños detalles y muy elegante.
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