Jonathan Glazer
Alzado a los (relativos) altares por la recientemente comentada aquí La zona de interés, el británico Jonathan Glazer tiene una carrera fundamentalmente basada en la publicidad, y debe ser exitoso porque ha firmado campañas para marcas importantes. Su filmografía en sentido estricto es corta. Esta que me ocupa hoy tuvo su repercusión por sacar a Scarlett Johansson en pelotas. Ambientada en Escocia, película de escasos ruidos y diálogos, quiere construir un espectáculo magnético y absorbente y un subtexto más que original de masculinidad tóxica. Hay algo repetitivo en su desarrollo, una idea central, ética o estética, a la que se da vueltas constantemente, algo que este cronista ya apreció en la mencionada anteriormente. Original y rara es, satisfactoria a medias.
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