Alex Garland
Las dos últimas películas del guionista y director Alex Garland siguen parámetros estilísticos y de forma ciertamente similares y parecen marcar un punto de madurez en la más que interesante carrera de este hombre. Filma muy bien estas dos películas de ambiente como metálico, con una contundencia y con escenas y planos pensados, que impactan al espectador sin ser gores o brutales, como en la película que comentaré a continuación.
Civil war retrata en pocas pero suficientes líneas un Estados Unidos sumido en el caos, y para ello recupera ese cine que tan buenas películas nos ha dado de los reporteros de guerra, curtidos en batallas lejanas, obligados ahora a cubrir la noticia en su propia casa. He visto que se le ha comparado con Kubrick, y creo que no le falta razón, pero en este acaso le suma además unos personajes muy bien retratados, con pocos pero firmes trazos. Su última media hora es especialmente soberbia.
Viniendo de Civil war, Warfare, que retrata de forma hiperrealista (como remarca en la presentación, está basado exclusivamente en las experiencias de un soldado, que firma como co-director), una escaramuza durante la guerra de Iraq, me deja una impresión menos perdurable que aquella, más fría, pero probablemente vista en el orden inverso, o con más distancia, tendría la opinión de una obra dura, de una precisión milimétrica. Parece haber encontrado Garland un camino, un lenguaje y una puesta en escena propias.
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