Christohper McQuarrie
Con los 60 cumplidos y un físico improbable para ello, Tom Cruise sigue en su carrera en solitario (porque en sus películas no salen actores tan conocidos como él) como héroe de acción exagerada e hiperprofesional, en unas películas en general muy competentes y bien diseñadas. Ha encontrado en la franquicia de Misión imposible su lugar seguro y en el director Christopher McQuarrie su hombre de confianza.
La saga termina con un díptico que se anuncia sin disimulo (esta primera parte que comento hoy no termina) en un más difícil todavía de una IA desatada y potencias innombradas que quieren hacerse con ella. Han sido 163 minutos de puro gozo, diversión pura como la que hace tiempo que no tengo, con gotas nunca vistas de autoparodia. Magistral.
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