Lady killer (1933) USA
Roy del Ruth
78 minutos de frenesí dedicados a un James Cagney en su estado de sobreexcitación habitual. Pura energía, que en ese poco más de una hora pasa de acomodador a gangster de medio pelo, a escapar por un pelo de la policía, a vagabundo y a estrella de cine. Alucinante ejercicio de síntesis narrativa y de desvergüenza absoluta al servicio total de la estrella. Un caramelo para los amantes de este actor irrepetible, hasta el punto de que la película sería muy olvidable si no estuviera él.
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