Wes Anderson
Después de los Tenenbaums, Wes Anderson (en compañía esta vez de Noah Baumbach) ahonda en lo que parece ser su estilo, de relatos corales sobre asuntos de familia, llenos de gente y de detalles excéntricos y peculiares, decorados llamativos, tramas con querencia al absurdo. Creo que está algo mejor aquí que en la anteriormente comentada, pero me queda muy lejos de ser un espectáculo memorable, sino más bien caprichoso y cansino.
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