Takeshi Kitano
Parece que Takeshi Kitano, después de tocar el cielo con Brother, el fracaso de Dolls, y sus aventuras de samurai en la estimable Zatoichi, debió de entrar en crisis, ya que sus películas posteriores son introspecciones en las que el cineasta se busca a sí mismo. Así pasa en Takeshis (2005), que no he visto, y en ésta. Kitano se mira a sí mismo y a su crisis como creador con autoparodia, en una película en forma de sketches en las que, efectivamente, queda patente la confusión y el estado de crisis del autor, un film aburrido y sin ninguna gracia.
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