Clint Eastwood
Nonagenario en activo, tengo la impresión, al ver estas sus 2 últimas películas, de que, por un lado, está en plena forma, y otro, está en el nivel que se debe de alcanzar cuando ya no necesitas hacer obras magnas en cada intento, lo que desespera a críticos y especialistas, que han pasado con cierta superioridad sobre estas 2 excelentes películas (relacionadas a poco que se reflexiona con bastantes de su ya numerosa filmografía), a un nivel a mi juicio altísimo, a poco que uno se relaje y no pretenda ver nada más que la sencillez y la limpieza de su ejecución.
Es muy palpable en Cry macho, historia simple, simplista, ingenua si se quiere, a la que cualquiera hubiera podido dedicar 3 horas para insuflarla de profundidad o llenarla de detalles. Eastwood despacha y acelera la película para mostrar lo que necesitamos saber y centrarse y parar en lo que le interesa. Por encima de todo, me ha resultado emotiva, nunca moñas o babosa, qué magnífico rato he pasado.
Jurado n. 2 da vueltas sobre la justicia, tema querido por el director, la redención, en una historia compleja, aquí sí con personajes y detalles que merecen ser explicados y ofrecer aire para la reflexión. El secreto está, concluimos, en dedicarle el tiempo necesario a lo que lo necesita. Qué simple y qué difícil. Antológica escena final, dinamita pura.
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