De milagro me enteré por mi colega bloguero de El amor después del mediodía, que la cadena Arte ofrecía un festival online de cine europeo gratuito, en el que se podían ver un decena de película. No he podido ver más que tres de ellas, elegidas al azar; el hecho de que hubiera un período de 24 horas para verlas terminar, me ha impedido ver concluir dos que dejé a medias, debido a mis horarios y mi sueño, y otras dos que el festival no me dejó ver por causas no explicadas.
Así que llegué al fin de semana y no tuve demasiada suerte. No me parece destacables la alemana Salvaje (Wild, Nicolette Krebitz), acerca de una gris joven, desenganchada del mundo sensorial y vital, que parece empezar a sentir cosas cuando descubre que en un parque cerca de su casa habita un lobo. Luego se vuelve majara; todo cada vez más raro y polanskiano. La griega Suntan, de Argyris Papadimitropoulos, va por el estilo, porque ese médico que llega nuevo a una pequeña isla, que parece que le da igual todo y tiene falta de empatía, despierta cuando conoce a un joven grupo de turistas; se vuelve un rijoso pelmazo, y majara también.
Mejor es la francesa Fátima, de Philippe Faucon, sobre la vida de una inmigrante árabe en Francia, divorciada y con dos hijas mayores; se mata a fregar para que su hija mayor pueda estudiar medicina; hay algo de esquematismo en algún planteamiento, pero el relato me llega y me interesa; me gustaría saber más de ellos.