Japón
Yasujiro Ozu
Aprovecho la revisión de Las hermanas Munekata con echar un vistazo a otro título de Ozu que no estaba seguro de haber visto, Primavera precoz (porque confieso que me lío con sus títulos de primaveras y otoños tardíos. Esta no la había visto). Esta vez me ha llamado la atención lo pesimista que era Ozu. Ambas son obras amargas, con pocas salidas, excepto una, en ambos casos, que se ofrece muy al final, como una débil luz. Amargaas y escépticas respecto a la situación social del Japón de su época, su machismo. En el caso de Primavera precoz es sobre el vacío del hombre (en su sentido masculino) moderno, engullido por esas oficinas que les roban el alma. El protagonista se entrega a un adulterio casi desganado, creo que por el hecho de sentirse vivo.
No había sido consciente de esta dimensión pesimista de Ozu hasta ahora, quizá contagiado por ese sabor final humanista que te dejan sus películas, ayudado por su tranquila gramática tan característica.
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