A clockwork orange (1971) UK
Stanley Kubrick
Adaptación de la novela de Anthony Burgess, aunque con final distinto al original, acerca de una distopía de un mundo vacío, hueco y ultraviolento, ya sea por parte de la juventud o por parte del Estado. Siempre me fascina la aparente facilidad con la que Kubrick es capaz de crear mítos o imágenes que se quedan para siempre como iconos o símbolos. Me atrae el que sea un director total, que maneja y dirige maniáticamente todos los elementos de sus agotadoras películas: cada decorado, cada mueble, cada rostro, generalmente hierático o caricaturizado, la música, cada plano, el vestuario. La naranja mecánica me sorprende por la desnudez y la frialdad del mundo que , consigue una película exangüe, sin aliento, impertubable e insoportablemente fría. Lo obviamente anticuado que está toda la parte visual no hace sino añadir otra capa más de extrañeza o de lejanía.
Diario rápido de las películas que desordenada y caóticamente puedo ver. El principal destinatario del blog soy yo mismo y mi memoria. Lo de ver películas por parejas no tiene explicación ni justificación, pero me he aficionado a hacerlo así recientemente
Mostrando entradas con la etiqueta Stanley Kubrick. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Stanley Kubrick. Mostrar todas las entradas
miércoles, 6 de noviembre de 2013
domingo, 26 de febrero de 2012
Barry Lyndon
(1975) USA
Stanley Kubrick
23-2-2012
Las películas de casi toda la carrera de Kubrick aspiran a crear mundos enteros propios, universos totales, obras donde la música, la luz, la dirección de actores, están orquestados. De Barry Lyndon siempre me había inquietado ese hieratismo, esa frialdad patente, evidente, plasmado en el rictus impasible de Ryan O'Neal, excepto en una impresionante y famosa escena. En esta nueva revisión, creo que la película describe un mundo moralmente plano, primitivo, una sociedad hueca, podrida, carcomida por la doble moral, la ignorancia, que se disfraza de formas exquisitas, pero que esconde una brutalidad impasible. Una gran película.
Stanley Kubrick
23-2-2012
Las películas de casi toda la carrera de Kubrick aspiran a crear mundos enteros propios, universos totales, obras donde la música, la luz, la dirección de actores, están orquestados. De Barry Lyndon siempre me había inquietado ese hieratismo, esa frialdad patente, evidente, plasmado en el rictus impasible de Ryan O'Neal, excepto en una impresionante y famosa escena. En esta nueva revisión, creo que la película describe un mundo moralmente plano, primitivo, una sociedad hueca, podrida, carcomida por la doble moral, la ignorancia, que se disfraza de formas exquisitas, pero que esconde una brutalidad impasible. Una gran película.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)