Cometo el pecado de cinéfilo de no hacer demasiadas revisiones de películas. Y es pecado porque volver a ver películas tiene muchas ventajas. Ante la posible desventaja de llevarse un chasco con películas de buen recuerdo que al volverlas a ver ya no dejan buena impresión, en general, cuando me he animado a ello, ha sido para volver a pasar, como mínimo, un buen rato como el de la primera vez o que aumenten el valor de películas que no recordabas tan bien como creías, o no recordabas en absoluto.
Recientemente, he vuelto a ver tres películas y todas ellas han aumentado mucho de valor. Dos son de los Coen, dos películas que en el momento de su estreno no me gustaron demasiado, a pesar (o quizá a causa de, quién sabe) de sus buenas críticas. Pero tanto Barton Finch, como, sobre todo, El hombre que nunca estuvo allí, me han salido ganando muchísimo. Son películas además muy conectadas, casi continuación una de la otra, en su concepción como en sus personajes, nada convencionales.
Y qué decir de La regla de juego, el clásico de Jean Renoir, que yo recordaba con esa condescendencia con que a veces recordamos a los clásicos, reconociendo algo pero sin de verdad reflexionar sobre ello. Película que cambia cada vez que la miras, que evoluciona milagrosamente, grandísima.
Diario rápido de las películas que desordenada y caóticamente puedo ver. El principal destinatario del blog soy yo mismo y mi memoria. Lo de ver películas por parejas no tiene explicación ni justificación, pero me he aficionado a hacerlo así recientemente
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domingo, 7 de octubre de 2018
martes, 6 de marzo de 2012
La hija del agua
La fille de l'eau (1925) Francia
Jean Renoir
4-3-2012
El maestro Renoir no pudo debutar mejor en el cine con esta película alrededor del agua, uno de sus leitmotivs más recurrentes, acerca de las andanzas de una joven huérfana, que sufre todo tipo de desventuras. La película es un ejemplo de energía vital y de celebración de la vida, pese a las desgracias que le suceden a la protagonistas, y es una muestra del cine mudo naturalista francés, y ya una constatación de la buena dirección de actores del cineasta, nada exagerados, excepto la actriz protagonista, pasada de rosca. Un estupendo debut de uno de los grandes.
Jean Renoir
4-3-2012
El maestro Renoir no pudo debutar mejor en el cine con esta película alrededor del agua, uno de sus leitmotivs más recurrentes, acerca de las andanzas de una joven huérfana, que sufre todo tipo de desventuras. La película es un ejemplo de energía vital y de celebración de la vida, pese a las desgracias que le suceden a la protagonistas, y es una muestra del cine mudo naturalista francés, y ya una constatación de la buena dirección de actores del cineasta, nada exagerados, excepto la actriz protagonista, pasada de rosca. Un estupendo debut de uno de los grandes.
jueves, 25 de agosto de 2011
El cabo atrapado
Le caporal épinglé (1962) Francia
Jean Renoir
21-8-2011
Renoir se despide del cine (con resentimiento, ya que al parecer el montaje final fue adulterado sin su consentimiento), con esta historia sobre los múltiples intentos de evasión de las cárceles nazis por parte del cabo que da título a la película. Algunos de sus compañeros presos no desean la libertad, ya que consiguen vivir cómodamente en la prisión, al margen de la guerra, y no ven la necesidad de arriesgar su vida para volver a un lugar que probablemetne será peor. Lúcida reflexión sobre la libertad y la dignidad, en tono difícil entre la frivolidad y la amargura, es un brillante corolario a una carrera ejemplar, con una bella secuencia final en un París húmedo y frío.
Jean Renoir
21-8-2011
Renoir se despide del cine (con resentimiento, ya que al parecer el montaje final fue adulterado sin su consentimiento), con esta historia sobre los múltiples intentos de evasión de las cárceles nazis por parte del cabo que da título a la película. Algunos de sus compañeros presos no desean la libertad, ya que consiguen vivir cómodamente en la prisión, al margen de la guerra, y no ven la necesidad de arriesgar su vida para volver a un lugar que probablemetne será peor. Lúcida reflexión sobre la libertad y la dignidad, en tono difícil entre la frivolidad y la amargura, es un brillante corolario a una carrera ejemplar, con una bella secuencia final en un París húmedo y frío.
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