Une femme douce (1969) Francia
Robert Bresson
1-9-2011
Una mujer se suicida. Su marido intenta desentrañar las causas, recordando etapas de su relación. Él nunca la comprendió en verdad, por lo que, comprensiblemente, a través de su recuerdos y relfexiones e imposible comprender la evidente decadencia mental de la joven. Así, solo con pequeños detalles podemos a duras penas intentar comprenderla. Hace poco vi una de sus últimas películas, El diablo probablemente, y comparte muchos puntos con ese personaje, sobre todo en la incapacidad de encontrar una base, un asidero sobre el que asentar una vida: ni el amor, ni el matrimonio, ni el dinero son suficientes para esta mujer joven, cuya desubicación y vacío solo le conducen a la autodestrucción. Bresson se adapta sin problemas al color y narra con pinceladas un puzle austero e incompleto.
Diario rápido de las películas que desordenada y caóticamente puedo ver. El principal destinatario del blog soy yo mismo y mi memoria. Lo de ver películas por parejas no tiene explicación ni justificación, pero me he aficionado a hacerlo así recientemente
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domingo, 4 de septiembre de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
El diablo, probablemente
Le diable probablement (1977) Francia
Robert Bresson
11-6-2011
Bresson ataca su película más destructiva siguiendo los pasos de un joven cuya desconfianza hacia todas las instituciones y pilares de la sociedad, si bien es una desconfianza tranquila, nada destructora, porque recela de cualquier acción directa, le lleva hacia la autodestrucción, rodada con esa falta de espectacularidad que le quita cualquier psicología, cualquier dramatismo o posible gloria. El joven protagonista no es capaz de encontrar asidero ni en las organizaciones de protesta, ni en la religión, ni en la ciencia. La narración, como siempre en Bresson, es elusiva, extraña, se detiene en detalles que le fascinan (ese autobús metafísico, centro del relato), en su realización más cercana a Godard.
Robert Bresson
11-6-2011
Bresson ataca su película más destructiva siguiendo los pasos de un joven cuya desconfianza hacia todas las instituciones y pilares de la sociedad, si bien es una desconfianza tranquila, nada destructora, porque recela de cualquier acción directa, le lleva hacia la autodestrucción, rodada con esa falta de espectacularidad que le quita cualquier psicología, cualquier dramatismo o posible gloria. El joven protagonista no es capaz de encontrar asidero ni en las organizaciones de protesta, ni en la religión, ni en la ciencia. La narración, como siempre en Bresson, es elusiva, extraña, se detiene en detalles que le fascinan (ese autobús metafísico, centro del relato), en su realización más cercana a Godard.
lunes, 28 de febrero de 2011
Lancelot du Lac
(1974) Francia
Robert Bresson
26-2-2011
En uno de sus últimos trabajos, Robert Bresson se adentra en la iconografía medieval en su particular recreación del mundo artúrico decadente. Lleva su aspereza y su espartana sobriedad a un universo que admite sin problemas ese tipo de visión ascética. Logra una película de ambiente decadente y sombrío, pero creo que su búsqueda del límite en este caso está muy exagerada, muy subrayada, como esa escena del torneo, filmada nada más que por las patas de los caballos y sus sombras. Tiene elipsis brutales, extrañas sugerencias, como los planos de los caballos, los relinchos que acompañan a Lancelot, la urraca que subraya las intervenciones de Ginebra, y esa dirección de actores tan particular y que nunca me ha gustado de Bresson y que es una de sus reconocibles marcas.
Robert Bresson
26-2-2011
En uno de sus últimos trabajos, Robert Bresson se adentra en la iconografía medieval en su particular recreación del mundo artúrico decadente. Lleva su aspereza y su espartana sobriedad a un universo que admite sin problemas ese tipo de visión ascética. Logra una película de ambiente decadente y sombrío, pero creo que su búsqueda del límite en este caso está muy exagerada, muy subrayada, como esa escena del torneo, filmada nada más que por las patas de los caballos y sus sombras. Tiene elipsis brutales, extrañas sugerencias, como los planos de los caballos, los relinchos que acompañan a Lancelot, la urraca que subraya las intervenciones de Ginebra, y esa dirección de actores tan particular y que nunca me ha gustado de Bresson y que es una de sus reconocibles marcas.
martes, 14 de julio de 2009
Al azar de Baltasar
Au hasard Balthazar (1966) Francia - Suecia
Robert Bresson
13-7-2009
Esta el historia del burro Baltasar, que nace y crece en las rudas montañas de Francia. Narrada por el anti-narrador Robert Bresson, Baltasar, y el espectador, es testigo mudo, inocente de una turbia y dura vida montañesa de impulsos y comportamientos crueles y destructivos. Bresson, como es habitual, sólo apunta la historia que rodea a la película con breves y secos trazos, y deja al espectador que construya su propio desarrollo y le de significado. Como el propio burro, neutral, espectador desinteresado e inconsciente, todo nos resulta muy extraño. La joven Marie, virginal y candorosa jovencita que se entrega a los rufianes más descarnados que la rodean; su padre, al que el pueblo le acusa de algo que no nos queda muy claro. Todos sufren, sin un motivo aparente. Película extraña, con contornos difusos, muy alejados de los esquemas narrativos habituales, en los que todo se centra en causar reacciones al espectador. Aquí todo parece ocurrir al margen del espectador, no para que él lo entienda.
Bresson es todo lo contrario a esas escenas en las películas en la que varios personajes se cuentan cosas que ellos ya saben de sobra, pero que dicen en voz alta para que el espectador se ponga al corriente. En Bresson la historia no es lo importante, sino las sensaciones casi espirituales que dejan sus imágenes con el tiempo.
Robert Bresson
13-7-2009
Esta el historia del burro Baltasar, que nace y crece en las rudas montañas de Francia. Narrada por el anti-narrador Robert Bresson, Baltasar, y el espectador, es testigo mudo, inocente de una turbia y dura vida montañesa de impulsos y comportamientos crueles y destructivos. Bresson, como es habitual, sólo apunta la historia que rodea a la película con breves y secos trazos, y deja al espectador que construya su propio desarrollo y le de significado. Como el propio burro, neutral, espectador desinteresado e inconsciente, todo nos resulta muy extraño. La joven Marie, virginal y candorosa jovencita que se entrega a los rufianes más descarnados que la rodean; su padre, al que el pueblo le acusa de algo que no nos queda muy claro. Todos sufren, sin un motivo aparente. Película extraña, con contornos difusos, muy alejados de los esquemas narrativos habituales, en los que todo se centra en causar reacciones al espectador. Aquí todo parece ocurrir al margen del espectador, no para que él lo entienda.
Bresson es todo lo contrario a esas escenas en las películas en la que varios personajes se cuentan cosas que ellos ya saben de sobra, pero que dicen en voz alta para que el espectador se ponga al corriente. En Bresson la historia no es lo importante, sino las sensaciones casi espirituales que dejan sus imágenes con el tiempo.
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