Ernst Lubitsch
Primera película sonora de Lubitsch y primera de los musicales que rodó con Maurice Chevalier, actor que no puedo evitar odiar con manía persecutoria. Para ser del año 1929, no hay rastros de defectos de lenguaje o en la dirección de actores heredados del mudo, es decir, su agilidad y ligereza es ya al del cine sonoro. Habilidad sin duda del director alemán, que ya introduce toques de su estilo, de lo que se oye y lo que no, de evitar en ocasiones la acción directa por la insinuación, sin perder el significado. Dicho esto, es una comedia sin demasiado interés, tontorrona.