(2018/2019) USA
Anthony Russo ; Joe Russo
Como me pasó con Avengers 2, vi Infinity wars en un larguísimo viaje en avión al otro lado del mundo. Imagínense ver esta, o cualquier película, en una modesta pantallita. Endgame la acabo de ir a ver con mis hijos. He dejado dicho en otras ocasiones que yo crecí devorando tebeos Marvel; pero la colección que hice con regularidad hasta que se me acabó aquella etapa de mi vida lectora (10-15 años?) fueron Los Vengadores. El universo marvel en el cine ha ido creciendo y madurando, separándose convenientemente del de los tebeos (para desesperación de los insoportables puristas), con sus propias coordenadas. Infinity wars y Endgame representan el cúlmen de totum revolutum similar a lo que fueron Secret Wars y otras sagas similares en los tebeos, puro caldo esencial para el aficionado. Infinity Wars me provocó impagables ratos de distracción en aquel interminable vuelo, y me parece admirable cómo maneja el gazpacho tremendo de personajes, para llegar a un final realmente tremendo. Endgame es una digna conclusión, aunque el atajo dramático es facilón y las incongruencias muchas. Da al espaldarazo a la Capitana Marvel, recién llegada con una película estupenda, llena de cariño, nostalgia y aventura, estrenada unos meses antes. Como contrapunto, vi hace tiempo las dos de Ant-MAn, que anteponen al gigantismo de todas estas las fábulas pequeñas y callejeras.
En la acera del frente, DC, vi con mis señores hijos Shazam, al fin una película de DC que sabe a lo que juega en esta otra "factoría", de humor nada desdeñable.
Diario rápido de las películas que desordenada y caóticamente puedo ver. El principal destinatario del blog soy yo mismo y mi memoria. Lo de ver películas por parejas no tiene explicación ni justificación, pero me he aficionado a hacerlo así recientemente
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jueves, 2 de mayo de 2019
lunes, 8 de octubre de 2018
Películas en aviones
Durante unos cuantos veranos, me ha tocado viajar en agosto a diferentes partes del mundo por trabajo. Unas veces cerca, otras indeciblemente lejos. En ellos he descubierto los enormes aviones de compañías de países petroleros, esos que llevan una pantalla en cada asiento y un videoclub portátil con películas de todo el mundo. Es una manera algo rastrera de ver cine, porque la pantalla está adaptada y, eso lo he descubierto este verano, las aerolíneas de estos países muymusulmanes no permiten ciertas expresiones y las alteran. De locos. Mi poca habilidad para dormir en aviones me da la oportunidad de ponerme al día en películas que aquí me da pereza ver. En esta ocasión, viajando casi a las antípodas, me ha dado tiempo a todo.
Del mundo de Star Wars, cito Rogue One y Han Solo. Confieso que me voy perdiendo y ya no sé lo que es adelante, atrás o al lado, en esta saga. Voy sintiendo la fatiga, aunque admiro la habilidad para seguir sacando títulos de la chistera que dan continuidad a un universo propio, que me da respeto contemplar. Veo que a la crítica le ha gustado la primera y no la segunda. Tampoco veo tantas cosas buenas en una, ni malas en otra. El actor de Han Solo no hace olvidar a Harrison Ford, por más que se vista igual que él, pero se explica bien este inolvidable personaje, un aventurero muy hustoniano de las galaxias. Y la aventura propiamente está bastante bien. Rogue One está cogida con calzador, pero tiene la ventaja de deberle menos a sus compañeras de viaje y jugar con más libertad de movimientos, lo que le da pie a jugar a la aventura trágica y desesperada.
Avengers, infinity wars, es el no va más de las películas de superhéroes. Todos juntos (todos de los que tienen derechos claro, no hay mutantes ni 4F por aquí), y muy revueltos, contra un enemigo peripatético y hasta conmovedor. Sale todo bastante bien, la película se estructura en diferentes acciones simultáneas que se van cruzando, y nunca te pierdes, está todo ordenado, aunque concedo que a los que no juegan a esto les va a parecer un barullo apoteósico. El final te deja de piedra.
En coordenadas muy distintas se mueve 3 anuncios en las afueras, un denso drama rural, con algo de gusto con el tremendismo, pero que me gana con sus personajes y con cómo se comportan, haciendo cosas absurdas, llevándose por el impulso, pegando bandazos. En la versión que vi en el avión, cada vez que decían fucking, lo sustituían por freaking. Ignoro si es así en realidad, pero me parece muy raro.
Para terminar, una película de terror bastante original, de la variante invasión extraterreste post-apocalíptica. Un lugar tranquilo, que ese es su título, es también rural, vemos cómo una familia sobrevive en este mundo devastado (no sabemos a ciencia cierta cuán devastado), por criaturas ciegas guiadas por el más mínimo sonido. Hay tensión, con esas premisas, e inteligencia en su dosificación.
Y como me apetecía algo español y había algunas en el catálogo, escogí Sin rodeos. la primera película de Santiago Segura fuera de su Torrente. Una comedia muy facililla y muy previsible, y muy poco graciosa. Desastrosa.
Del mundo de Star Wars, cito Rogue One y Han Solo. Confieso que me voy perdiendo y ya no sé lo que es adelante, atrás o al lado, en esta saga. Voy sintiendo la fatiga, aunque admiro la habilidad para seguir sacando títulos de la chistera que dan continuidad a un universo propio, que me da respeto contemplar. Veo que a la crítica le ha gustado la primera y no la segunda. Tampoco veo tantas cosas buenas en una, ni malas en otra. El actor de Han Solo no hace olvidar a Harrison Ford, por más que se vista igual que él, pero se explica bien este inolvidable personaje, un aventurero muy hustoniano de las galaxias. Y la aventura propiamente está bastante bien. Rogue One está cogida con calzador, pero tiene la ventaja de deberle menos a sus compañeras de viaje y jugar con más libertad de movimientos, lo que le da pie a jugar a la aventura trágica y desesperada.
Avengers, infinity wars, es el no va más de las películas de superhéroes. Todos juntos (todos de los que tienen derechos claro, no hay mutantes ni 4F por aquí), y muy revueltos, contra un enemigo peripatético y hasta conmovedor. Sale todo bastante bien, la película se estructura en diferentes acciones simultáneas que se van cruzando, y nunca te pierdes, está todo ordenado, aunque concedo que a los que no juegan a esto les va a parecer un barullo apoteósico. El final te deja de piedra.
En coordenadas muy distintas se mueve 3 anuncios en las afueras, un denso drama rural, con algo de gusto con el tremendismo, pero que me gana con sus personajes y con cómo se comportan, haciendo cosas absurdas, llevándose por el impulso, pegando bandazos. En la versión que vi en el avión, cada vez que decían fucking, lo sustituían por freaking. Ignoro si es así en realidad, pero me parece muy raro.
Para terminar, una película de terror bastante original, de la variante invasión extraterreste post-apocalíptica. Un lugar tranquilo, que ese es su título, es también rural, vemos cómo una familia sobrevive en este mundo devastado (no sabemos a ciencia cierta cuán devastado), por criaturas ciegas guiadas por el más mínimo sonido. Hay tensión, con esas premisas, e inteligencia en su dosificación.
Y como me apetecía algo español y había algunas en el catálogo, escogí Sin rodeos. la primera película de Santiago Segura fuera de su Torrente. Una comedia muy facililla y muy previsible, y muy poco graciosa. Desastrosa.
sábado, 29 de julio de 2017
Capitán América: el soldado de invierno
Captain America: the winter soldier (2014) USA
Anthony Russo, Joe Russo
Pagados los peajes de mostrar el nacimiento del héroe de turno, las segundas o terceras películas de cada franquicia dejan resultados a menudo más sueltos, más libres. Es también este caso, un trepidante ejercicio de acción, bastante aparatoso y con escenas algo largas, pero en el que se aprecia la intención de revolver la trama y los personajes para ofrecer un espectáculo algo más digerible. El capitán olvida los nazis de su época para enfrentarse a una especie de neonazis gubernamentales obsesionados por la seguridad y la vigilancia. Un puro delirio, pero se pasa bien.
Anthony Russo, Joe Russo
Pagados los peajes de mostrar el nacimiento del héroe de turno, las segundas o terceras películas de cada franquicia dejan resultados a menudo más sueltos, más libres. Es también este caso, un trepidante ejercicio de acción, bastante aparatoso y con escenas algo largas, pero en el que se aprecia la intención de revolver la trama y los personajes para ofrecer un espectáculo algo más digerible. El capitán olvida los nazis de su época para enfrentarse a una especie de neonazis gubernamentales obsesionados por la seguridad y la vigilancia. Un puro delirio, pero se pasa bien.
martes, 23 de agosto de 2016
Puesta al día
Ante el amontonamiento de películas, y la cruda realidad de que no voy a poder hacer entradas de todas, nuevo maremágnum de todo. Veamos:
Para tortura de cinéfilos, alguien decidió hacer una película sobre la figura de Hitchcock (USA, 2012, Sacha Gervasi), y en concreto en la gestación y rodaje de Psicosis. La película más que nada reivindica el papel de su mujer, Alma Reville, en el universo del maestro. La película brujulea entre asuntos a los que no presta mucha atención y otros que no cuajan, pero me dejó buenas sensaciones, tiene su gracia. Star Trek: en la oscuridad (Star trek: Into darkness, 2012, USA, J. J. Abrams) segunda entrega de Abrams de la serie, es un blockbuster espectacular y estrepitoso, pero que tiene el aliento de la aventura que el director sabe insuflar a sus criaturas. Otro blockbuster muy entretenido es Al filo del mañana (Edge of tomorrow, USA, 2014, Doug Liman) un sci-fi con paradojas temporales que demuestra una vez más el buen olfato de Tom Cruise para elegir proyectos y películas. Parece que está basada en un manga, es muy entretenida. Pacto de silencio (The company you keep, 2012, USA, ) , es una película de Roberd Redford en el que trata de un tema poco habitual: los movimientos terroristas americanos de los setenta, esta vez redescubiertos en el siglo XXI, con los ex activistas llevando vidas respetables. Como otras películas de Redford con tema interesante, se queda corta de llegar a nada, sabe insípido.
Y más blockbusters, que es verano. En el avión vi Capitán América: civil war (USA, 2016, Anthony y Joe Russo) consolida el tema crossover y continuidad, una de las marcas de Marvel: me pareció una excusa patosa y larguísima para meter cuantos más superhéroes a darse tortazos mejor; luego me he enterado que a la crítica le ha gustado y le ha parecido lo mejor de la franquicia. en el de ida, la curiosa 10 Cloverfield lane (USA, 2016, Dan Thatchengerg), una pieza rodada en un búnker, capitaneada por un espléndido John Goodman; es claustrofóbica y tensa, con momentos para el alivio; soy de los que piensan que el final es un bajón.
En el apartado de cine raro, también ha habido movimiento. La película egipcia La tierra (Al-ard, 1969, Egipto, Youssef Chahine), de las primeras de su director, es una reivindicación en tono costumbrista del campesinado,en su lucha contra los excesos de los terratenientes. Está narrado con sentido visual potente e inspiración italiana; para cinéfilos muy curiosos amantes de lo exótico. Más exótico pero más productivo es recuperar cualquier Ray. Esta vez es Devi (1960, India, Satyakit Ray), la primera película del maestro después de la trilogía de Apu. Trata un tema muy recurrente en su filmografía, ese contraste entre el mundo tradicional y el moderno, entre la religión y la intelectualidad. La mujer de un aspirante a ingeniero es tomada por la reencarnación de una diosa. Narración densa, absorbente. No es la primera película que yo recomendaría para adentrarse en el mundo de Ray, pero yo tengo debilidad por su modo de narrar. La película italiana Il Divo (Italia, 2008, Paolo Sorrentino), es un puzle dedicado a la vida de Giulio Andreotti, que logra esquivar las flagrantes barbaridades que explotan a su alrededor, desde escándalos de abuso de poder, corrupción a conexiones con la Mafia. No da detalles (porque no se conocen, probablemente), pero su ironía algo evidente no deja lugar a dudas. Una película de formas imponentes y resultado arriesgado, irregular. Y desconcertante es Más allá de las montañas (Mountains may depart, Shan he gu ren, 2015, Jia Zhangke), película que sigue el devenir de varios personajes que coinciden en un momento antes de la explosión china, un triángulo que se separa para vivir vidas bastante intatisfactorias; me despista que todas las historias queden sin fin, que se abandonen a medias las líneas argumentales, pero me mantiene atento la manera de filmarlas, y un tono misterioso entre el pesimismo y todo lo contrario. Por supuesto, triunfadora en festivales y en la crítica especializada.
Finalizo, en punto y aparte, con Manchas de sangre en un coche nuevo (1974, España, Antonio Mercero); thriller obsesivo al que le unen muchos puntos con La cabina, para empezar su protagonista; poco importan cierta incoherencia en la construcción del personaje, está bien conseguido la atmósfera de decadencia burguesa, su apego a las modas, a los objetos y a los símbolos.
Para tortura de cinéfilos, alguien decidió hacer una película sobre la figura de Hitchcock (USA, 2012, Sacha Gervasi), y en concreto en la gestación y rodaje de Psicosis. La película más que nada reivindica el papel de su mujer, Alma Reville, en el universo del maestro. La película brujulea entre asuntos a los que no presta mucha atención y otros que no cuajan, pero me dejó buenas sensaciones, tiene su gracia. Star Trek: en la oscuridad (Star trek: Into darkness, 2012, USA, J. J. Abrams) segunda entrega de Abrams de la serie, es un blockbuster espectacular y estrepitoso, pero que tiene el aliento de la aventura que el director sabe insuflar a sus criaturas. Otro blockbuster muy entretenido es Al filo del mañana (Edge of tomorrow, USA, 2014, Doug Liman) un sci-fi con paradojas temporales que demuestra una vez más el buen olfato de Tom Cruise para elegir proyectos y películas. Parece que está basada en un manga, es muy entretenida. Pacto de silencio (The company you keep, 2012, USA, ) , es una película de Roberd Redford en el que trata de un tema poco habitual: los movimientos terroristas americanos de los setenta, esta vez redescubiertos en el siglo XXI, con los ex activistas llevando vidas respetables. Como otras películas de Redford con tema interesante, se queda corta de llegar a nada, sabe insípido.
Y más blockbusters, que es verano. En el avión vi Capitán América: civil war (USA, 2016, Anthony y Joe Russo) consolida el tema crossover y continuidad, una de las marcas de Marvel: me pareció una excusa patosa y larguísima para meter cuantos más superhéroes a darse tortazos mejor; luego me he enterado que a la crítica le ha gustado y le ha parecido lo mejor de la franquicia. en el de ida, la curiosa 10 Cloverfield lane (USA, 2016, Dan Thatchengerg), una pieza rodada en un búnker, capitaneada por un espléndido John Goodman; es claustrofóbica y tensa, con momentos para el alivio; soy de los que piensan que el final es un bajón.
En el apartado de cine raro, también ha habido movimiento. La película egipcia La tierra (Al-ard, 1969, Egipto, Youssef Chahine), de las primeras de su director, es una reivindicación en tono costumbrista del campesinado,en su lucha contra los excesos de los terratenientes. Está narrado con sentido visual potente e inspiración italiana; para cinéfilos muy curiosos amantes de lo exótico. Más exótico pero más productivo es recuperar cualquier Ray. Esta vez es Devi (1960, India, Satyakit Ray), la primera película del maestro después de la trilogía de Apu. Trata un tema muy recurrente en su filmografía, ese contraste entre el mundo tradicional y el moderno, entre la religión y la intelectualidad. La mujer de un aspirante a ingeniero es tomada por la reencarnación de una diosa. Narración densa, absorbente. No es la primera película que yo recomendaría para adentrarse en el mundo de Ray, pero yo tengo debilidad por su modo de narrar. La película italiana Il Divo (Italia, 2008, Paolo Sorrentino), es un puzle dedicado a la vida de Giulio Andreotti, que logra esquivar las flagrantes barbaridades que explotan a su alrededor, desde escándalos de abuso de poder, corrupción a conexiones con la Mafia. No da detalles (porque no se conocen, probablemente), pero su ironía algo evidente no deja lugar a dudas. Una película de formas imponentes y resultado arriesgado, irregular. Y desconcertante es Más allá de las montañas (Mountains may depart, Shan he gu ren, 2015, Jia Zhangke), película que sigue el devenir de varios personajes que coinciden en un momento antes de la explosión china, un triángulo que se separa para vivir vidas bastante intatisfactorias; me despista que todas las historias queden sin fin, que se abandonen a medias las líneas argumentales, pero me mantiene atento la manera de filmarlas, y un tono misterioso entre el pesimismo y todo lo contrario. Por supuesto, triunfadora en festivales y en la crítica especializada.
Finalizo, en punto y aparte, con Manchas de sangre en un coche nuevo (1974, España, Antonio Mercero); thriller obsesivo al que le unen muchos puntos con La cabina, para empezar su protagonista; poco importan cierta incoherencia en la construcción del personaje, está bien conseguido la atmósfera de decadencia burguesa, su apego a las modas, a los objetos y a los símbolos.
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