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viernes, 13 de diciembre de 2024

Mujeres enamoradas / Los demonios

Women in love / The devils (1969 / 1971) UK
Ken Russell

Nunca me he acercado a la filmografía del inglés Ken Russell, director con fama de excéntrico, cuya carrera principalmente se desarrolla en años 70 y 80. Esa fama y su querencia por el biopic, género que me da mucha pereza ha hecho que creo que no he visto nada suyo. Como vi hace poco una de sus primeras películas, en realidad sin nada suyo, aprovecho para ver Mujeres enamoradas, su primer éxito, una adaptación de un texto inadaptable de D.H. Lawrence, vitriólico melodrama poco convencional que funciona a tirones, con una estupenda Glenda Jackson. 

The devils recrea un caso real de quema en hoguera de enemigo de Richelieu, acusado de brujería y de poseer a monjas en tremendas orgías. Russell, al que veo como padre artístico de Terry Gilliam, hace una recreación retrofuturista del ambiente medieval, e incluye monjas desnudas, gritos, evocaciones caricaturizadas del Rey Sol y de Richelieu, con un Oliver Reed como cura rijoso con ideas propias del celibato católico. Todo un desmadre, con más ganas de desmadrar que talento verdadero.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Harry Palmer

Ipcress (1965) UK. Sidney J. Furie
Funeral en Berlín (1966) UK, Guy Hamilton
El cerebro de un billón de dólares / Billion dollar brain (1967) UK, Ken Russell

A rebufo del éxito de las novelas y las películas de James Bond, tuvieron un breve momento de gloria, con 3 films en 3 años, las del espía Harry Palmer, del novelista Len Deighton. Es un personaje, no obstante, muy diferente de Bond, al que le une únicamente su interés y éxito con las mujeres. Palmer es más un antihéroe, o un héroe a sus pesar, obligado al espionaje para salvarse de la cárcel. Sardónico, pasota, miope, vago si m apuran. Encarnado por Michael Caine, ataviado con unas icónicas gafas negras de pasta y abrigo beige. Las 2 primeras, además, se centran más en tramas urbanas, oscuras, burocráticas, alejadas de los grandes planes de dominio del mundo y las extravagancias tecnológicas de 007. 

La más redonda, con una puesta en escena curiosa, rebuscada, es la primera, que lanzó al canadiense Sidney J. Furie a una carrera americana, como comentaba en la etapa anterior. La segunda la dirige un especialista en Bond, aunque sigue por ese mismo sendero. La última es la que más se separa del personaje y la acerca al de Ian Fleming, desde los créditos, pasando por los planes desquiciados del malo de turno.